Ingreso y Adaptación al Jardín de Infantes o Maternal.
Para un niño pequeño, empezar el jardín no es nada sencillo. Separarse de su familia y quedarse con alguien desconocido en un lugar nuevo, seguramente no le gustará, y es posiblemente, este sea el primer lugar donde dejarán a su hijo.
Los adultos que reciben al niño, deben ser muy responsables y respetuosos, organizar ese recibimiento a fin de que el niño pueda sentirse seguro, tranquilo, y quiera quedarse con alegría.
“La adaptación no sólo significa que tiene que separarse de la madre si no que tiene que construir una relación con una persona desconocida con la que más adelante se va a sentir a gusto”.
Cada jardín tiene su forma de organizar el período de adaptación, lapresencia del adulto que acompaña a la vista del niño hace que él pueda estar tranquilo y realmente disfrute de lo que sucede en el nuevo espacio.
Es conveniente coordinar una entrevista antes de que el niño comience a asistir al jardín, donde se encuentren todos los adultos que estarán con su hijo, para conocer al niño.
En esta ocasión se pregunta todo sobre la vida cotidiana de ese niño, comentar las expectativas que el jardín tiene de la familia y que la familia pueda contar las suyas; una comunicación clara y honesta ayuda a construir el vínculo y la confianza.
Una visita al jardín con el niño antes de iniciar la adaptación, de manera que se pueda ir anticipando el lugar que la familia eligió para que pase unas horas del día junto a la cuidadora y sus compañeros.
En casa se puede ir conversando sobre el jardín, anunciar el nombre de la maestra que lo va a recibir, cómo es el lugar, para que pueda saber de antemano lo que va a suceder.
Podemos decir que para que el niño se quede tranquilo y transite este proceso junto con el adulto que es responsable de él; es conveniente que siempre lo acompañe la misma persona en la adaptación.
Es recomendable que el familiar salude al niño cuando se va, que le diga “te vendré a buscar más tarde”, para otorgar seguridad del pronto encuentro, y no se vaya del lugar a escondidas o escapando. Esto último ocasiona incertidumbre, ya que el cuidador ha desaparecido sin dar explicaciones y puede provocar angustia, llanto y sensación de abandono.
Es importante que el familiar que acompaña tenga tiempo para realizar la adaptación, porque quizás deba venir por el niño antes de lo previsto; es necesario resaltar que cada niño tiene su ritmo, y para que este proceso concluya de la mejor manera siempre se debe decir la verdad y cumplir.
Una pauta clave para el familiar que dejará al niño en la institución, es no hacer dudar al niño si se quiere quedar o no, la seguridad con la que el adulto se despide es fundamental.
Por eso, conversar con la maestra, que el niño vea y sienta que el adulto que acompaña tiene una buena relación con ella, poder soltarlo, entregarlo con amor, querer que se adapte y hacérselo saber a través de la palabra y los gestos inspira confianza.
La maestra debe estar siempre disponible, hablar con el niño, dirigirse a él, colocarse a su altura. No atosigarlo, esperar a que el niño se sienta cómodo y que sea él el que la busque.
La maestra debe ser flexible ante cualquier situación. Al igual que el adulto que acompaña, la maestra que recibe al niño en el jardín deberá ser la misma siempre.
Es importante observar cómo entra el niño (si tiene ganas o si no quiere entrar, si está siempre aferrado al adulto que acompaña). Si el niño no se aparta, no le decimos al adulto que salga, sino que esperamos, recordemos que la maestra es aún una desconocida, la relación con ella se tiene que construir y para ello se necesita tiempo, no ocurre de un día para el otro.
La maestra tiene que entablar relación, tratar de comprender lo que el niño dice o piensa es otra forma de mostrarse interesada en él. Puede mantenerse en su lugar, pero acompañarlo con palabras.
La actitud debe ser de mucho respeto, no acercarse demasiado, agacharse al nivel del niño, hablarle muy tranquilamente. Algo que puede ayudar a la maestra es tener un orden de lo que sucederá y que este perdure en el tiempo, esto da tranquilidad.
El objetivo del jardín será que el niño se quede con alegría, que disfrute mientras se encuentra en el lugar, para eso debe confiar en la maestra, por lo que ella nunca debe mentir ni engañar al niño en ninguna situación que se presente.
El adulto que acompaña podrá ir dejando el espacio común del niño de a poco, al principio es importante que tenga tiempo por si la maestra lo necesita, avisar al niño que se irá un momento y volverá a buscarlo; pensemos que en este período de separación se debe ser muy respetuoso, recién a los cuatro años un niño podrá entender que el adulto que acompaña vendrá a buscarlo al final de la jornada, es decir, recién a esa edad tiene la capacidad de entenderlo por más que no sea de su agrado.
Bibliografia:
Sánchez, S. (2020). El período de adaptación. España: Escuela Bitácoras
Con mucho cariño
Autora: Carolina Buscema
Profesora de Educación Física
Formada en Psicomotricidad Educativa, Primera Infancia y Crianza.
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